1A ti levanto mis ojos,
a ti que habitas en el cielo.
2Como están los ojos de los esclavos
fijos en las manos de sus señores,
como están los ojos de la esclava
fijos en las manos de su señora,
así están nuestros ojos
en el Señor, Dios nuestro,
esperando su misericordia.
3Misericordia, Señor, misericordia,
que estamos saciados de desprecios; 4nuestra alma está saciada
del sarcasmo de los satisfechos,
del desprecio de los orgullosos.
SALMO 7
Alabaré al Señor porque es justo7:1 Lamentación de David. La que cantó al Señor a propósito de Cus, el benjaminita.
Invocación inicial 7:2 Señor, Dios mío, en ti me refugio:
sálvame de todos los que me persiguen; 7:3 líbrame, para que nadie pueda atraparme
como un león, que destroza sin remedio.
Declaración de la propia inocencia 7:4 Señor, Dios mío, si cometí alguna bajeza,
o hay crímenes en mis manos; 7:5 si he pagado con traición a mi amigo
o he despojado sin razón a mi adversario: 7:6 que el enemigo me persiga y me alcance,
que aplaste mi vida contra el suelo
y deje tendidas mis entrañas en el polvo. Pausa
Apelación al Juicio de Dios 7:7 Levántate, Señor, lleno de indignación;
álzate contra el furor de mis adversarios.
Despierta para el juicio que has convocado: 7:8 que una asamblea de pueblos te rodee,
y presídelos tú, desde lo alto. 7:9 El Señor es el Juez de las naciones:
júzgame, Señor, conforme a mi justicia
y de acuerdo con mi integridad. 7:10 ¡Que se acabe la maldad de los impíos!
Tú que sondeas las mentes y los corazones,
tú que eres un Dios justo, apoya al inocente. 7:11 Mi escudo es el Dios Altísimo,
que salva a los rectos de corazón. 7:12 Dios es un Juez justo
y puede irritarse en cualquier momento. 7:13 Si no se convierten, afilará la espada,
tenderá su arco y apuntará; 7:14 preparará sus armas mortíferas,
dispondrá sus flechas incendiarias.
El pecador, autor y víctima de su maldad 7:15 El malvado concibe la maldad,
está grávido de malicia y da a luz la mentira. 7:16 Cavó una fosa y la ahondó,
pero él mismo cayó en la fosa que hizo: 7:17 su maldad se vuelve sobre su cabeza,
su violencia recae sobre su cráneo. 7:18 Daré gracias al Señor por su justicia
y cantaré al nombre del Señor Altísimo.
SALMO 137 1 Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos a llorar,
acordándonos de Sión.
2 En los sauces de las orillas
teníamos colgadas nuestras cítaras.
3 Allí nuestros carceleros
nos pedían cantos,
y nuestros opresores, alegría:
"¡Canten para nosotros un canto de Sión!"
4 ¿Cómo podíamos cantar un canto del Señor
en tierra extranjera?
5 Si me olvidara de ti, Jerusalén,
que se paralice mi mano derecha;
6 que la lengua se me pegue al paladar
si no me acordara de ti,
si no pusiera a Jerusalén
por encima de todas mis alegrías.
Somos madera de un árbol que echa raíz por igual en medio de la ciudad, en el corazón del campo. Somos como una advertencia contra el golpe y la amenaza, somos un pueblo que avanza contra el miedo y la violencia.
Que no nos falte el aliento para poder levantar donde hubo miedo banderas que hablarán de libertad.
Aquí nunca pasa nada pero un día pasará.
Por toda la tierra estamos dando fruto y sementera cada cual a su manera, que no siempre para un amo. Somos la antigua esperanza contra el odio y la insolencia, somos la misma conciencia de un pueblo unido que avanza.
Que no nos falte el aliento...
Tenemos entre las manos algo más que una herramienta: es la voluntad que alienta en la lucha a nuestro hermano. Somos la fuerza terrible que a ser esclava renuncia, somos un pueblo que anuncia su voluntad de ser LIBRE.
Que no nos falte el aliento...
Aquí nunca pasa nada, pero un día pasará. Aquí nunca pasa nada, pero pronto pasará.
letra y música: La Bullonera arreglos: Alberto Gambino
o o«La aventura de oír» invita a la búsqueda y a la recuperación de la palabra, afincada, por esta vez, en el cuento de tradición oral. Palabra, memoria, imaginación, emoción, van y vienen a través de las páginas, en un nítido empeño de implicar al lector en su propia experiencia, de abrir interrogantes, de reclamar su participación." Ana Pelegrin
Érase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.
José Agustín Goytisolo
(n. en Barcelona en 1928)
.
oEL ÁRBOL QUE NO TENÍA HOJAS
En el patio de un colegio había un árbol que no tenía hojas. Él nunca había visto otro árbol y no sabía que los árboles tienen que tener hojas.
Pero un día oyó decir a los niños del colegio: "¡Vaya árbol! ¡Qué feo es! ¡Ni siquiera tiene hojas! ¡No sirve para nada!"
Entonces el árbol se puso triste porque se dio cuenta que era feo. Y empezó a llorar.
De pronto se acordó de que el sol era muy poderoso y, llamándole, le dijo: "Sol, tú que eres tan poderoso, ¿puedes darme hojas?"
El sol le contestó: "Yo no puedo dar hojas a los árboles. Vete tú a buscarlas".
El arbolito dijo que él no podía ir a ningún sitio porque tenía los pies clavados en el suelo. ¿Tú no te has dado cuenta, sol, que los árboles siempre estamos en el mismo sitio?
Otro día dijo al viento: “Viento, tú que eres tan poderoso, ¿podrías darme unas poquitas hojas?”
El viento le contestó: "Yo lo que sí que hago es quitarles las hojas a los árboles, pero no se las puedo poner, porque no sé."
Pasó la lluvia y el árbol le dijo: "Señora lluvia, mis pies están clavados en el suelo, ¿Puedes traerme algunas hojas para adornar mis ramas?"
Y la lluvia le contestó: 'Yo no puedo traerte hojas, yo sólo sé llorar. Voy a llorar por ti." Y las lágrimas de la lluvia regaron el patio del colegio.
El arbolito se quedó sin hojas y más triste que nunca, ya que, ni el sol, ni el viento, ni la lluvia le habían podido ayudar.
¡Qué desgraciado soy! ¡Ya nadie podrá ayudarme!, decía el arbolito.
Pero un día dijeron los niños del colegio: "¡Vamos a adornar el árbol del patio!"
Trajeron papel de colores; rojo, azul... lo cortaron en pedacitos. Lo fueron pegando en las ramas del arbolito. Al cabo de un rato, el arbolito quedó lleno de hojas de todos los colores.
El arbolito ya no lloraba. Era feliz.
Los niños del colegio, al verle tan contento y tan bonito, se pusieron a jugar al corro agarraditos de la mano. Mientras el sol les calentaba y el viento movía las hojas de colores y la lluvia les miraba desde lejos para no estropear aquel espectáculo tan bonito.
Cómo se dibuja a un niño Gloria Gloria Fuertes Para dibujar un niño hay que hacerlo con cariño.
Pintarle mucho flequillo,
—que esté comiendo un barquillo—;
muchas pecas en la cara
que se note que es un pillo;
—pillo rima con flequillo
y quiere decir travieso—.
Continuemos el dibujo:
redonda cara de queso.
Como es un niño de moda,
bebe jarabe con soda.
Lleva pantalón vaquero
con un hermoso agujero;
camiseta americana
y una gorrita de pana.
Las botas de futbolista
—porque chutando es artista—.
Se ríe continuamente,
porque es muy inteligente.
Debajo del brazo un cuento
por eso está tan contento.
Para dibujar un niño
hay que hacerlo con cariño. o o
Había una vez una vaca
en la Quebrada de Humahuaca.
Como era muy vieja,
muy vieja, estaba sorda de una oreja.
Y a pesar de que ya era abuela
un día quiso ir a la escuela.
Se puso unos zapatos rojos,
guantes de tul y un par de anteojos.
La vio la maestra asustada
y dijo: - Estas equivocada.
Y la vaca le respondió:
¿Por qué no puedo estudiar yo?
La vaca, vestida de blanco,
se acomodó en el primer banco.
Los chicos tirábamos tiza
y nos moríamos de risa.
La gente se fue muy curiosa
a ver a la vaca estudiosa.
La gente llegaba en camiones,
en bicicletas y en aviones.
Y como el bochinche aumentaba
en la escuela nadie estudiaba.
La vaca, de pie en un rincón,
rumiaba sola la lección.
Un día toditos los chicos
se convirtieron en borricos.
Y en ese lugar de Humahuacala
única sabia fue la vaca.
El lagarto está llorando Federico García Lorca
El lagarto está llorando.
La lagarta está llorando.
El lagarto y la lagarta
con delantalitos blancos.
Han perdido sin querer
su anillo de desposados.
¡Ay! su anillito de plomo,
¡ay! su anillito plomado
Un cielo grande y sin gente
monta en su globo a los pájaros.
El sol, capitán redondo,
lleva un chaleco de raso.
¡Miradlos qué viejos son!
¡Qué viejos son los lagartos!
¡Ay, cómo lloran y lloran!
¡Ay, ay, cómo están llorando!
El sapo verde Carmen Gil-Bonachera Martínez
Ese sapo verde
se esconde y se pierde;
así no lo besa
ninguna princesa.
Porque con un beso
él se hará princeso
o príncipe guapo;
¡y quiere ser sapo!
No quiere reinado,
ni trono dorado,
ni enorme castillo,
ni manto amarillo.
Tampoco lacayos
ni tres mil vasallos.
Quiere ver la luna
desde la laguna.
Una madrugada
lo encantó alguna hada;
y así se ha quedado:
sapo y encantado.
Disfruta de todo:
se mete en el lodo
saltándose, solo,
todo el protocolo.
Y le importa un pito
si no está bonito
cazar un insecto;
¡que nadie es perfecto!
¿Su regio dosel?
No se acuerda de él.
¿Su sábana roja?
Prefiere una hoja.
¿Su yelmo y su escudo?
Le gusta ir desnudo.
¿La princesa Eliana?
Él ama a una rana.
A una rana verde
que salta y se pierde
y mira la luna
desde la laguna.
مقبرة نفرتارى (Tumba de Nefertari, QV66)
-
Nefertari y su tumba en el Valle de las Reinas
GMaps LOCALIZACIÓN QV66
____________________
The tomb of Nefertari: reconstrucción digital:
Años Bisiestos no bisiestos
-
Los astrónomos han observado que entre dos equinoccios de primavera hay 365
días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, o sea: 365, 242199 días.
Sosígenes d...
Canciones de caballos
-
Cuando nombramos a los caballos, a todos nos entran ganas de movernos,
ganas de trotar y galopar para vivir nuevas aventuras.
El caballo Pichirilo
...
Some Data About Home Schooling
-
Nowadays, home schooling is no longer a big issue and in fact, it is
already generally accepted even by traditional schools or colleges. Before
you plunge...